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jueves, 29 de octubre de 2009

Bienvenidos al Futuro

Cuando yo tenia 15 años, a mediados de los 90', practicábamos con algunos amigos un ritual hermoso. Juntábamos toda la semana plata que nos daban nuestros viejos para viajar y nos ibamos el sábado a Parque Rivadavia a comprar cd's. Si encontrabamos algún inédito, lo comprabamos entre todos y después nos sacabamos los ojos para ser el primero en escucharlo.
Era el mejor momento de la semana, lejos.
En el Parque había unos 20 puestos de cd's, cada uno con unos 250 cds promedio.... 5.000 cds.
A guita de hoy, todo el Parque Rivadavia eran 300 gigas de mp3.

Hoy, tengo en mi haber más de 1000 gigas de música, algo asi como tres Parques Rivadavias completos. Discografías completas que fui bajando del Napster, AudioGalaxy, Emule y Taringa -según fueron pasando los años- que me costaron absolutamente nada. Cero pesos. Algunos discos ni siquiera los escuché aún. Me tomaría aproximadamente 695 dias (sin parar) escucharlos todos sin repetir ninguno.

Para las personas que tienen menos de 20 años, esto es natural. Siempre fue asi. Ellos nunca rompieron el celofán de un disco original, ni olieron el perfume a librito nuevo, ni se sentaron a leer una letra, ni saben quién es el autor de cada tema, y desconocen a quienes agradecen los músicos. Nunca tuvieron que rebobinar un casette con una birome para ahorrar pilas en el walkman, ni tuvieron que tapar los agujeritos de un casette con cinta scotch para hacerlo virgen...

Nos estamos quedando sin rituales.

Miren... Hagan memoria y elijan un cuento clásico. Ahora agreguen a la historia un teléfono celular. La trama hace agua por todos lados, no? Lógico, la gran mayoría de las historias clásicas tienen lugar gracias al desencuentro, la distancia y la imposibilidad de comunicarse.
Con un celular en mano, Caperucita hubiese mandado un mensaje a la abuela avisando que el lobo estaba yendo a buscarla:

"abu esta yendo lobo. cerra todo tkm bso"

Julieta le hubiese dicho a Romeo "bicho, no te asustes que me voy a hacer la muerta". Penélope no hubiese esperado toda su vida el retorno de su amado. La Bruja de Blancanieves se hubiese limitado a mandar "La más linda" al 2020. Hansel y Gretel habrían regresado facilmente a su casa con un Iphone con GPS. El emperador se hubiese sacado una foto de 3.2 megapixels con su celular y se hubiese notado que su traje efectivamente no era de hilos de oro.
Lo mismo pasa con las películas. En los últimos años las tramas de las peliculas de terror siempre trascurren en alejadas montañas, o en el medio del campo, donde no hay señal.
Ya nadie tiene que correr como loco para detener un tren a último minuto y recuperar a su amor...

Nos estamos quedando sin historias.

Hace un rato me junté a almorzar con un colega que hace bastante no veo. Es el perfecto cliché del pibe de sistemas: gordito, anteojos, prolijo, tímido e introvertido. Buen tipo.
Por supuesto, nos pusimos a charlar sobre tecnología. Yo desde una postura más bien nostálgica, y él desde la vereda de enfrente, es decir, con una absoluta idealización por todo lo que contiene un chip.

-Sabes que pasa Diego? si no hubiese sido por todo esto, jamás hubiese conocido a mi novia. La flaca no me registraba.
-
Pero no entiendo gordo, que hiciste? te la ganaste con mensajitos de texto?
-No, boludo, nada que ver. Primero la agregué al facebook. El facebook es maravilloso! En 20 minutos podés conocer datos que antes te llevaban meses. Si está soltera, que música escucha, si tiene papá, mamá, hermanos, y un millón de datos increíbles.
-Y sabiendo esos datos, te la enganchaste? Dale gordo!
-Con eso solo no, lógico. También le empecé a monitorear las búsquedas de Google.
-Eh!? Para que!?
-Vos me lo preguntás? Me extraña! La gente hoy recurre a Google como hace 500 años recurrían a brujas, chamanes, oráculos... Conociendo las busquedas de una persona, conocés sus miedos, sus anhelos, sus perversiones, sus sueños. El resto es pan comido.
Sabiendo las cosas que yo sabía, en una semana eramos almas gemelas!

Rebobiné un poco -con una birome por supuesto- y pensé en mis propias búsquedas en Google. El gordo tenía razón.
De pronto, el gordito que yo conocía había desaparecido, y tenia enfrente a un desconocido. Un gordo asqueroso y vouyerista.

-Mirá, mirá, no es divina? -dijo mientras me mostraba una foto de la novia.

La flaca no era fea, tampoco linda. Lo miré a él. Hice cuentas. No me cerraba. Volvi a mirar la foto. Lo miré a él. Definitivamente hubo robo.

-Gordo, te carteaste...
-Viste? viste? -me dijo excitado- esta buenísima. Soy un capo!
-Mirá, esta es mi novia, fijate... -dije mientras le mostraba la foto de mi novia en el celular.

Tuve que tirarme de palomita para atajar la mandibula del gordo, porque si daba contra la mesa la partía.

-Co..co..como la conociste? De donde la sacaste? Hace cuanto? Es hermosa!
-Salgo hace poquito. Es una mina de 10. La conocí por una amiga en común. Nos cruzamos en un cumpleaños y ya entrados en baile y cervezas, la perseguí cuando fue al baño, y antes de que pudiese entrar, le robé un beso en el pasillo. Asi la conocí.
-Nah! Y si te daba vuelta la cara de un tortazo?
-Son riesgos que todavia estoy dispuesto a correr, "capo".
-Jaja! Sos un dinosaurio Diego, sos un dinosaurio...

Nos estamos quedando sin magia.

Amo la tecnología, no me malinterpreten. Pero empiezo a sospechar que la muy puta se está vengando. Nosotros le quitamos el valor a todo lo digitalizable. Ahora la tecnología le está quitando el valor a todo lo humano.
"Yo soy yo y mi circunstancia" no va más.
Ahora es: "Yo soy yo y mis búsquedas en Google".
Una verdadera cagada.

Bienvenidos al futuro.





Nota al pie: Este texto está inspirado en el cuento "El movil de Hansel y Gretel" de Hernán Casciari. Cuento con la aprobación de Hernán. Todos los hechos relatados son verídicos.

jueves, 22 de octubre de 2009

El Indice Pappo

Les juro que no doy más.
Muchachos, llegó el momento de parar un poco la pelota y hacer un mea culpa:
Los hombres nos estamos aputazando a pasos agigantados.

Las minas nos están arrebatando lugares que nos corresponden ancestralmente, y todo por no darle a nuestros pitos el lugar que se merecen.
El mundo se está yendo irremediablemente al carajo, y es culpa nuestra.
Miren que mal que estamos, que hace unos años, en Estados Unidos se armó flor de quilombo porque Clinton se hizo petear por una gorda horrible. A ver si me explico: al tipo más poderoso del mundo, joven, fachero y carismático, le fueron a hinchar las pelotas tan solo por hacerse pulir el mastil un rato.
Pero estamos todos locos? Si yo fuese Presidente de los Estados Unidos, daría discursos mamado y a los gritos, como el Chaqueño Palavecino, y con un gato de Sofovich distinto prendido en cada bola!!!

Cada vez es más frecuente escuchar a las minas decir que ya no quedan hombres, que estamos hechos unos ganzos, que estamos cada vez mas histéricos... y la puta madre, tienen razón!
Que nos está pasando?

La semana pasada en mi oficina, escuché una conversación que me sacó de las casillas. Uno de mis compañeros se puso a hablar sobre el Mini Cooper. Que no sé cuantos caballos de fuerza, que la linea, que el diseño vanguardista, y no sé cuantas otras pelotudeces más. Cuando dijo el precio me saqué: "Usado... y unos U$S 30.000". Fué más fuerte que yo, se lo tuve que decir:

-Flaco, dejate de joder, ese auto es de recontra maraca.
-Nooo! que estás diciendo! Es una máquina, levanta mas de 250 km/....
-Me importa tres pelotas si viene con condensador de flujo y levanta vuelo, ese auto es re maraca mal. Si tenes U$S 30.000 para gastar en un auto, comprate un Camaro.
-Como va a ser un auto maraca el Mini Cooper? vos estás totalmente loco!

Como siempre, toda discusión tiene dos puntos de vista:
El equivocado y el mio.

Sabía que si me retrucaba por el lado de la mecánica, me iba a dejar en bolas, porque -nobleza obliga- yo de mecánica no entiendo nada. Asi que me apuré y lo ajusticié en mi terreno:

-Mirá, te lo soluciono rápido. Vos te lo imaginás a Pappo manejando un Mini Cooper?

Tomó aire para contestarme rápido, y se frenó. Dudó. El tipo dudó una fracción de segundo. Y si dudás, quiere decir que no estás taaaan convecido de lo que estás diciendo. Justo cuando le estaba por dar el tiro de gracia con una frase bien afilada, se me adelantó otro compañero:

-Y... la verdad que tiene razón Diego, yo no lo veo a Pappo en un Mini Cooper....

Caso cerrado. Volví a enfundar la frase que había sacado, y no pronuncié mas palabra.

Auto machote:
Auto maraca:

Ayer me pasó de nuevo.
En el almuerzo me puse a charlar con unos compañeros. Todo venía bien hasta que uno comentó que estaba comparando precios de cursos para conducir. Yo, inocentemente le dije:

-Para tu novia?
-No, no, para mi...


Pero la puta madre! Yo aprendí a manejar a los 15 años, afanándole el auto al viejo de mi mejor amigo cuando se iba a dormir. Saliamos directamente a la 9 de Julio y nos hacíamos cajeta contra el Obelisco si era necesario, pero aprendíamos solos! Que es eso de pagar una academia!?
Ahí mismo me acordé de la discusión del Mini Cooper:

-Perdoname, vos te lo imaginás a Pappo yendo a una academia de conducir?

Las risas generalizadas hicieron el resto, pero yo no me pude reir.
Como fue que llegamos a este nivel de abalinamiento? No lo sé. El problema es que las mujeres ya se dieron cuenta de todo y nos están ganando la batalla.

Salame, te dejan esperando en la puerta veinte minutos con 3 grados bajo cero de sensación térmica. Te franelean media hora y después te dicen "mejor hoy no, estoy cansada", dejándote al borde de la muerte por agarrotamiento y con el tambo a punto de estallar. Te dicen "sosteneme la cartera un segundito" y te hacen quedar como un paparulo en el medio de la calle con una cartera en cuyas dimensiones cabría facilmente un plasma de 42' y una mesita ratona.
Vos pensás que es casual? No papanatas, no es casual. Están ganando terreno, poder y autoridad.

Porqué? Porque estamos hechos unos pelotudos.

Cuanto falta para perder completamente la patria potestad que tenemos sobre el control remoto? Cuantos domingos restan para que nuestras mujeres nos manden a preparar la ensaladita mientras ellas hacen el asado? Cuantos polvos faltan para que las mujeres nos empiecen a pedir que nos hagamos la tira de cola?

Pero no se desesperen. Por suerte me tienen a mi, que siempre les facilito una solución para todo:

El Indice Pappo™, sirve para analizar todas las acciones de un hombre en cualquier contexto y lugar, utilizando una única y sencilla pregunta:

¿Pappo lo haría?

Tenemos el deber, y la obligación moral de recuperar lo que nos está siendo robado. Por nosotros mismos, y por nuestros hijos. Hay que reestablecer la supremacía que nos corresponde a chotazo limpio.

Los invito a iniciar una Revolución.




lunes, 19 de octubre de 2009

Concurso Anual de Penes pequeños

Estaba a punto de subir un texto, pero esto fue más fuerte que yo.
Solo Howard Stern puede organizar esto:

Primer Concurso Anual de Penes Pequeños:



Nada mejor para levantar el autoestima y el bajón de lunes, que ver esto.

Chicas, calculo que después de ver esto, salen todas corriento a pegarle una regia lustrada a su novio/amante/marido/chongo/etc.

Es lo mínimo que deberían hacer.

jueves, 15 de octubre de 2009

En El Acople


Desde el martes pasado, Exijo que alguien haga algo está incluido en la sección Blogs de la revista El Acople.
Para los que no están en el palo de la música, les cuento que El Acople es un clásico de disquerias, rockerias, y casas de música, desde hace más de 10 años.
De más está decir que estos muchachos/as me alegraron la semana. Muchas Gracias.

Pueden leer las ganzadas que contesté a las preguntas que me hicieron, acá:

http://www.elacople.com/blog.aspx

Rolling Stone, no se que carajo estás esperando para contratarme.

viernes, 9 de octubre de 2009

Belleza Inexplicable

Hace unos quince dias, mi vieja no tuvo mejor idea que caerse y quebrarse el fémur. Estuvo diez días internada en el Hospital Español esperando a que PAMI se digne a operarla para ponerle dos clavos.
Después de visitar unas cuantas veces el pabellón de internados, comprendí como es que la gente llega a suicidarse. No hay nada mas desolador que el paisaje de un hospital. El olor a asepsia. Los pasillos empapados de silencio y de gestos preocupados. El blanco obsesivo. La muerte. Un viejo esperando en el horario de visitas a un hijo que nunca aparece. La más triste de las soledades, aún peor que la muerte. Desesperanza. Una sensación de impotencia desgarradora.
En pocos días uno empieza a sentir como la sangre se hace veneno, que todo es una mierda y que por algún motivo, parte de la culpa es propia.

Eran las 8 de la noche, se había terminado el horario de visitas y tenía que tomar el subte para volver a casa. Porqué se me dió por caminar por Av. Jujuy en lugar de Dean Funes como siempre, es un completo misterio. Hice dos cuadras, y sentí un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo. Pensé que era la muerte, que me había escoltado desde el hospital, pero no.
Levanté la vista, y la ví. Era ella, sin dudas.
Estaba igual.

A veces, uno puede estar años sin vivir en lo absoluto, y sin previo aviso, toda la existencia se concentra en un solo instante.
Tuve ganas de que el tiempo se detenga, solo por un momento, para poder observar sin tener que pasar corriendo y poder asimilar las imagenes tranquilo. A veces me pasa: me niego las razones necesarias para recordar mi condición humana. Pero esta vez fue distinto, porque el tiempo se detuvo. Yo estoy acostumbrado a que las cosas pasan cuando uno no pretende que pasen, cuando uno no está preparado para disfrutarlas. Pero el tiempo, se detuvo.
La ví, y también me vi a mi mismo, con algunos años menos. Estaba contento, con una alegría que ya casi no recuerdo. Esa alegría que te hace sentir que todo está, al fin, en su justo lugar. Esa alegría que te hace pensar: "Asi es como debe quedarse todo, asi es como debe ser esto". Estaba tan distinto... Todavía creía en muchas cosas buenas. Fue antes de descubrir la linea marrón que divide al mundo en dos grandes grupos: Los que nacen por sobre la mierda, y los que hacemos lo posible por salir a respirar un poco de vez en cuando.

Ahí estaba yo, mirándome desde enfrente. Y lo entendí. Me di cuenta de que casi todos los momentos mágicos de mi vida, habían llegado con su firma. Entendí que lo que me cautivo de ella fue su sencillez, su humildad, su olor a barro, a lluvia, a vida.
El tiempo me enseñó que casi siempre la excesiva generosidad es el disfraz de un egoísmo absoluto. Por eso dudo de quienes se apresuran a ofrecerlo todo, ya que por lo general, lo hacen con el objeto de generar en el otro una deuda, y obtener asi algo palpable, a cambio de un espejismo.
Ella me habia dado lo justo, y a su vez me había dado todo, pidiendo muy poco a cambio. Casi nada.
Intenté descifrar porqué ella y solo ella me producia esa sensación, y no pude. El no poder descrifrarlo me dió la respuesta: Ella era belleza. Lo único superior al genio, es la belleza.
La belleza no necesita explicación.

Abrí los ojos y el tiempo retomó su curso natural, la gente volvió a caminar y el ruido de la ciudad se encendió. Pero ella seguía ahi, enfrente.
Supe que debía cruzar, pero cuando dí el primer paso me asaltaron mil dudas: Estará igual? Conservará la belleza? El tiempo la habrá endurecido? Conservará ese olor a humildad?.
Las dudas suelen asaltarme, pero rara vez me desvalijan. Tengo muy en claro que solo los que se arriesgan pueden experimentar cosas que por suerte, están vedadas a los cobardes. Nunca pude entender a los que no hacen algo por miedo al rechazo, o al fracaso. Es como suicidarse por miedo a morir.
La vida es así, a veces se combina para alumbrar momentos como ese, instantes después de los cuales nada vuelve a ser como era. Porque no se puede. Porque todo cambia radicalmente. Porque por la piel y por el alma pasa algo increíble. Indescriptible. Pasa algo de lo cual nunca vamos a lograr desprendernos.

Apreté los dientes, me sequé las manos y respiré hondo.

Y crucé.

Todos los hombres mueren, pero no todos los hombres viven.


Me clavé 2 porciones.
Aguante Pizza Ugi's!!!